Aún me acuerdo de nuestra primera Boda , de como empezó todo esto… de esa primera familia que confió en El Sueño de Elma y lo hizo a ciegas. Nos dieron el empujón que nos hacía falta para alquilar un local y empezar este Sueño. Lo conseguí, conseguí trabajar en lo que me gusta, conseguí amar mi trabajo y ser feliz haciéndolo. Esto último es la clave, disfrutar de lo que haces y hacerlo con el corazón.
En todos estos años hemos hecho decenas de bodas, muchísimas parejas han confiado en nosotros y en todas y cada una he puesto el alma, como si fuera mi propia boda. He disfrutado diseñando cada detalle, coordinando que nada falle y viendo felices a mis #noviosElma .
Es un trabajo muy duro que desde fuera no se ve así, pero lo es… mucho.
Sobre todo cuando ves todo el esfuerzo que supone sobrevivir en este mundo bodil cuando hay tantísimo intrusismo, que pagas y pagas facturas, autónomos y luego llega “alguien” y se dedica a lo mismo sin pagar un euro, sin ni siquiera un seguro de responsabilidad civil y encima usando tus fotos e intentando copiar tu trabajo de forma ilegal. Que impotencia da… Admiro a compañeras que llevan años aguantando esto…
A pesar de eso, siempre he intentado centrarme en la empresa y mis novios y superarnos cada día. Si seguimos aquí es porque valemos y seguiremos luchando por nuestro sueño . Es una frase que me he repetido cientos de veces, o más… no os podéis imaginar cuantísimas veces me he repetido todo esto…
Llegó el embarazo de mi hijo Alberto y fue el punto de inflexión. ¿Merece la pena todo esto? Me decía si… , ¿cuantas veces has visto a tus novios darte las gracias por tu trabajo, Marta? Cuántas? Muchísimas… y solo por eso valía la pena.
Pero el estrés podía conmigo, hasta el punto de que peligrara mi salud y la de mi futuro hijo. No todos los clientes entienden que vas a ser madre, aunque si la mayoría ( a los que les agradezco infinitamente lo que supuso para mi su respeto y confianza)
Gracias a mi familia pude sacar adelante la temporada, a mis novios felices y en Octubre llegó mi bebé, por fin se completaba nuestra felicidad que tantísimo esperábamos y por lo que tanto habíamos luchado. El arcoíris brillaba en nuestras vidas gracias a él.
Alberto crece y me necesita y yo… yo me siento culpable de no poder dedicarle todo el tiempo que necesita. Es muy complicado conciliar. Dejar todo en manos de otra persona y olvidarte, al menos yo no puedo. Mis novios también me necesitan…
En casa somos dos autónomos y que se hace todo más complicado aún…
Hace siete meses y tras muchas pruebas, a Alberto le detectaron que sufrió un ictus durante el parto. Gracias a Dios su afectación era solo motora y podría no tener secuelas si trabajábamos mucho con él. Pero ahora había que combinar llevar una empresa cada uno, cuidar de nuestro hijo, llevarle a sus sesiones diarias de rehabilitación, a mil citas médicas y un largo etcétera…
He intentado combinar todo esto con Elma, pero ha llegado el momento de decir, HASTA AQUÍ, no puedo más.
Además ahora viene en camino nuestro hijo Marcos, que va a llenar la casa más de felicidad aún y necesito tener un embarazo tranquilo, sin agobios y un postparto normal, con mi descanso. Cosa que no pude hacer cuando nació Alberto.
Siempre he dicho que mi trabajo se adaptaría a mi familia y no mi familia a mi trabajo.
Estaba en un punto de estrés total y agobio y no he podido más.
A mis padres todo el día pringados en el negocio. Qué agradecida estoy a ellos, si pudiera explicaros cuanto… gracias a ellos Elma ha sobrevivido a mi kaos este tiempo. Pero no podía seguir así, no podía seguir tirando de ellos TANTO, que aunque sea que lo hacen encantados, también necesitan descansar y disfrutar de su vida y sus ratos libres. Han sido mis ojos y mis manos en la empresa todo este periodo y yo no tendré vida para agradecérselo.
Por otro lado, cambiando citas con clientes por citas médicas… intentando compaginar mi vida personal y profesional todo el día pegada al teléfono.
En fin, sumando a todo esto que me he desilusionado mucho por todo lo que os contaba del intrusismo…
Finalmente he decidido decir adiós a mi sueño, a El Sueño de Elma. Mi familia pesa mucho más que un negocio. Es duro decir hasta aquí cuando un negocio va viento en popa, cuando tienes tantísimas vistas de futuro, pero mi familia es LO PRIMERO y siempre estará por encima de cualquier cosa.
No son todo malas noticias! Estamos muy felices de que Alberto tenga un hermanito y ya si que se convierte en inviable mantener este trabajo con dos pequeñines, al menos por ahora.
Y por último quiero dar las gracias a toda la gente que nos ha acompañado en este camino. A proveedores que ya son amigos, que se quedan en nuestra vida para siempre. A nuestros novios por darnos el privilegio de ser parte de esa felicidad, por sus palabras de agradecimiento y su confianza ciega. A mi familia por no dejarme nunca caer y apoyar cada decisión y a todos los que estáis ahí detrás siguiendo nuestras aventuras.
Estoy segura de que volveré algún día, espero que pronto porque esto es mi pasión.
No os digo adiós, os digo hasta pronto pero sin fecha de vuelta. La habrá seguro y espero que sin tardar mucho.
En 2019 nos hemos dejado tres preciosas bodas que por supuesto os enseñaremos y seguiremos cargando nuestra galería de fotos y bodas bonitas para que no os olvidéis de nosotros y haremos alguna cosilla que os contaré porque como os he dicho. ¡¡PIENSO VOLVER!! y parar al 100% creo que va a ser casi imposible por lo que amo esta profesión…
Aunque he llorado muchísimo escribiendo esto, soy feliz, muy feliz con mi decisión.
Y no puedo parar de daros las gracias… GRACIAS por tanto amor estos cuatro años, por tanto apoyo, tanta confianza.
Hasta la vuelta…